Para varias generaciones desde el siglo pasado, Disney ha sido la factoría de los sueños realidad, el estudio de animación que conseguía captar esa magia con la que los niños crecíamos en aquella época, primero con películas tan especiales como Alicia en el Pais de las Maravillas, Pinocho o Robin Hood, y posteriormente viviendo una nueva época dorada con La Sirenita, Aladdin o el Rey León. Sin embargo, en paralelo a aquella época dorada de Disney, un estudio japonés conseguiría captar también esa esencia de la magia y lo imposible en unas películas que harían las delicias de los más pequeños, y que pondrían a la animación japonesa en boca de todos. Se trataba, por supuesto, del Studio Ghibli.

Este estudio japonés está formado por una gran cantidad de creativos, dibujantes e ilustradores, que han llevado a la pantalla algunas de las historias más entrañables y a la vez extrañas que hemos podido disfrutar en lo que a animación se refiere. Sin embargo, hay un nombre que siempre se relaciona con el estudio, y que aparece invariablemente siempre que se habla de él: Hayao Miyazaki. Ilustrador, director y guionista, Miyazaki se convirtió a finales de los 80 en la estrella de Ghibli gracias a películas como Nausicaa en el valle del viento o Mi Vecino Totoro. Antes de dar el salto definitivo con sus dos películas más reconocidas en Occidente, Miyazaki creo una particular película bélica para Ghibli, Porco Rosso, uno de los filmes más interesantes y cuidados de su filmografía.

Producción de la película

porco-rosso

Porco Rosso fue ideada, en un principio, como un cortometraje animado que se incluiría en los vuelos de la aerolínea Japan Airlines. Miyazaki había imaginado la historia de un piloto que, tras luchar en le Primera Guerra Mundial, cae bajo un extraño hechizo que le convierte en un cerdo, pero que no le impide seguir pilotando su avión. En un principio, la película debía durar tan solo 50 minutos, pero viendo el potencial de la historia, Miyazaki decidió expandirla y llevarla a ser un auténtico largometraje. La aerolínea se convirtió también en productora del filme, anticipando un gran éxito, ya que se acabaría exponiendo en las salas de cine convencionales. El estilo de animación utilizado en esta cinta es muy similar al que ya habíamos visto en otros filmes de Miyazaki, y es que el argumento está basado en uno de sus cómics.

Uno de los cambios más importantes que sufrió la historia tuvo que ver con el estallido de los conflictos bélicos en la zona de Yugoslavia, donde en aquella época había una cruenta guerra de la cual saldrían varias naciones independizadas. El argumento se concentraba al principio en Italia y en la lucha contra el fascismo de Mussolini en un periodo de entreguerras. Sin embargo, Miyazaki quiso darle una vuelta de tuerca a aquello, y mostró también escenarios del Mar Adriático y de la costa croata, en un mensaje directo hacia esa zona de guerra. De hecho, el conflicto en Yugoslavia varió el tono de la cinta, que pasó de ser muy desenfadado a volverse algo más serio. El mensaje, eso sí, era el mismo: el pacifismo como única alternativa de entendimiento entre todos. Muchos vieron que la cinta solo apuntaba hacia el fascismo, pero en realidad era una crítica a todos los totalitarismos que todavía se daban en el mundo.

De qué trata Porco Rosso

Nos situamos en el periodo de entreguerras, a finales de los años 20. Marco Pagot es un experimentado piloto italiano, uno de los mejores de toda Europa, que pasa de ser un héroe a un apestado cuando, tras ver morir a un compañero en batalla, es víctima de un extraño hechizo que acaba convirtiéndole en un cerdo. Como sigue siendo capaz de pilotar su hidroavión de color rojo, todos comienzan a llamarle Porco Rosso, que viene a ser el Cerdo Rojo. El fascismo ya no confía tanto en él, y Porco acaba retirándose para vivir en la sombra, como un cazarrecompensas, evitando el pillaje en el Mar Adriático y frustrando los planes de los piratas que allí se encuentran.

Todo esto hace que los piratas de la zona le tomen como su principal enemigo, y hartos de ser vencidos por el cerdo, contratan a un experimentado aventurero norteamericano que se encargará de capturar a Porco Rosso y ajustar cuentas con él. El aventurero, un piloto llamado Mr Curtis, consigue detener a Porco y permite que los piratas lleven a cabo una acción de pillaje sobre un transatlántico enorme. Porco llega a Milán para arreglar su avión y le vemos tratar con la familia de Flo, el propietario de la fábrica de aviones, permitiendo que sean las mujeres de esta familia las que arreglen su nave.

Recepción y opiniones sobre la película

porco-rosso-2

Lo que podría haber sido un simpático cortometraje dirigido a los pasajeros de los vuelos de Japan Airlines acabó convirtiéndose en una evocadora fantasía histórica con un clarísimo mensaje antifascista. Porco Rosso se estrenó en 1992 y consiguió el premio a Mejor Película en el festival de Annency, en Francia, lo que impulsó su expansión internacional. En Japón, la película se estrenó en el número 1 de la taquilla y fue la más exitosa de aquel año. Miyazaki, que ya había conseguido cierta visibilidad internacional gracias a filmes como Mi Vecino Totoro, logró dar un paso más en su trayectoria con Porco Rosso, aunque a duras penas, puesto que el filme llegó a estrenarse de forma muy escalonada en Europa y el resto del mundo. España, de hecho, fue el primer occidental que lo estrenó, en el año 1994.

El Manga de Porco Rosso

Miyazaki tenía la idea para crear un manga, llamado The Age of the Flying Boat, que traducido vendría a significar la Era de los Barcos voladores, en referencia al hidroavión del protagonista. Esa idea acabó fructificando como el propio argumento del filme, pero lo más curioso es que posteriormente, y gracias al éxito del mismo, Miyazaki la desarrolló finalmente como un manga de apenas 15 páginas que contiene un humor mucho más liviano que el de la película, y que permitió a Miyazaki disfrutar de una de sus grandes pasiones: dibujar aviones y cerdos. De hecho, la película tiene ese aspecto porque ambos conceptos siempre han fascinado al genio japonés, como hemos podido comprobar en el resto de su filmografía, desde El Viento Se Levanta hasta los padres de Chihiro.